Somos Atender

Uno se preocupa y se queja de pavadas como: tener que estudiar, trabajar, que te hable o no un chico, estar gordx o tener imperfecciones; y un día te encontrás con un señor desesperado caminando de rodillas, desesperadísimo por tener lo que nosotros tomamos por normal. En ese momento me cuestiono: ¿de qué me estaba quejando?
Hace varios lunes voy con mi papá al Hospital Lucio Melendez a repartir comida. No hubo un día en el que no me doliera el pecho, la tristeza se siente en el aire. Pero hoy me fui destrozada, viendo cómo a mi papá se le caía un hombre de los brazos. Un hombre que vivía en la calle, estaba recién operado y un pastor le había conseguido un geriátrico para que se quedara, con calefacción, ducha con agua caliente, cocina y una cama.
El pastor nos agradecía y nos daba bendiciones solo por haberlo ayudado a llevar al hombre al auto y mi papá le repetía “gracias a vos, gracias”. “No fue nada” me repito en la cabeza. Esa vida, es la vida normal de montones de personas (y a veces peor). Llego a casa y me voy a bañar para que no se me escuche llorar. Pienso en mi amigo que está en la cárcel hace 4 años y un mes, un chico que me sacó tantas sonrisas y hoy esta encerrado. Ni siquiera sé si es culpable o no pero lo extraño, te extraño Nacho, y espero poder volver a verte pronto. Pienso: ¿Estaría Nacho ahí si hubiese nacido en las condiciones que nací yo?

Visitamos a Gabriel con mi hija. Como el Lunes (que es el día que salimos con Manos Temperley) se complicó y tuve que ir para otra zona, ayer Martes le llevamos ropa lavada y le conté que va a tener al menos 3 meses pagos con techo, lo que lo alegró mucho. Nos contó que al fin tiene fecha para la operación, el 8 de Agosto. Está ansioso por que llegue el día, además ayer terminó el dinero que ahorró para operarse, en cambio a mi me tranquiliza que con este frió tenga la suerte de estar internado, calentito y con comida.
Vuelvo a agradecer a todos los que me depositaron o alcanzaron dinero. A los que me dijeron que sí y todavía no lo hicieron, no hay apuro pues necesitamos bancarlo unos meses. Está bueno si lo hacen en estos días así ya cuento con el dinero.
Me resulta increíble que con lo que es poco para mi ($ 100 por mes o $ 300 o lo que puedas) le cambiamos literalmente la vida a una persona.

Las Manos que Ayudan somos un proyecto solidario conformado mayoritariamente por voluntarios de la Fundación El Arte de Vivir, por supuesto no es excluyente, también hay voltarios que no han realizado el curso de la fundación, pero para mí es muy bueno que sean meditadores, con el objetivo de elevar los valores humanos y la calidad de vida de la gente que vive en situación de calle. Hay grupos por todo el país, nosotros salimos desde Temperley para Burzaco, Lomas de Zamora y Lanús. Nos autosustentamos consiguiendo donaciones y poniendo el cuerpo para que con la excusa de llevar un plato de comida caliente, conectar con personas muchas veces relegadas o hasta ignoradas poniéndose a disposición para lo que se pueda.

Para mí personalmente es una tremenda ayuda para mantenerme conectado conmigo mismo, la intención es ayudar, conectarse, estar presente para el otro, pero lo que sin dudas pasa cada salida de los Lunes es que vuelvo con más energía, pareciera que casa salida me da exactamente lo que necesito.