Alimentación

Hace unos años comencé a implementar pequeños nuevos hábitos en nuestras comidas, los cuales todos juntos se convirtieron en grandes cambios de una vida más sana, feliz.

Conocí la meditación, hice muchos cursos, incluso en India sobre alimentación,  y muy de a poco, con mi familia, comemos cada vez más consientes, lo que mejora todo.
Lo que comemos incide directamente en nuestros pensamientos, y éstos en nuestras acciones y en nuestro cuerpo.

Cuando me piden algún consejo a la pasada, sin profundizar porque estamos apurados; no sabemos para llegar adónde, pero rápido. Elijo contarles sobre dos
ingredientes absolutamente cotidianos, que están en casi todo y ambos son muy malos y adictivos.

La harina y el azúcar (blancas refinadas)

Ninguno de los dos son necesarios (podrías dejarlos totalmente y tu cuerpo solo tendría agradecimiento). Pero cuando no comes harina, que es adictiva por el intestino, al principio te vas a poner de muy mal humor. Y el azúcar activa el cerebro de la misma manera que la cocaína. Al dejarlos, como un adicto a las drogas, vas a sentir a tu cuerpo pidiéndolos, confundiendo la abstinencia con necesidad. Hay que bancarse pasar ese umbral y los
beneficios son monumentales.

Hacete consciente de cuándo los estas consumiendo: harina, azúcar o algún edulcorante que increíblemente es muchísimo peor. Te vas a sorprender que todos los días, en casi todas las comidas, los tenés presente. Lo dulce, por ejemplo, nos va suprimiendo la capacidad de sentir un gusto, y cada vez te pide más y más dulzor.

Tomate un día a la semana en el que no ingieras harina ni azúcar de ningún tipo. Es solo un día, un pequeño gran sacrificio, ganándole a tu mente, y al poco tiempo podrás notar el agradecimiento de que tu cuerpo y espíritu. Yo, aunque no los deje totalmente, tengo mi día de abstinencia para limpiar y las cantidades el resto de los días son mínimas.

Pequeñas acciones, a veces muy pequeñas, como comenzar cambiando el edulcorante por azúcar y luego bajar la cantidad. O cambiar la gaseosa por jugo y luego por agua.

En el tiempo crecen y se van haciendo parte de grandes cambios para una vida más sana, en un mundo más sano.